¿Qué es Enfermería? El CIE (Consejo Internacional de
Enfermería) define la enfermería como: “La
enfermería abarca los cuidados, autónomos y en colaboración, que se prestan a
las personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o
sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la
prevención de la enfermedad, y los cuidados de los enfermos, discapacitados, y
personas moribundas. Funciones esenciales de la enfermería son la defensa, el
fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en la política
de salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud, y la
formación.”
Sí, bien en eso consiste esta
profesión, pero es mucho más que eso, la enfermería es, como diría yo, es dar
algo de ti a los demás, es dar tu afecto, tu cariño, tu fuerza, tu ánimo, tu alegría…
y sobre todo esperanza, esperanza de vivir; en esencia aportar a los que más lo necesitan
lo mejor de ti mismo.
En la anterior entrada comencé con
el título: aterrizaje forzoso en
Enfermería, ahora puedo decir y afirmar con total seguridad que puedo cambiar
ese título por AFORTUNADO ATERRIZAJE EN ENFERMERÍA.
¿Y sabéis por qué? Pues os lo voy
a resumir en dos palabras: “AYUDA y COMPAÑÍA”.
AYUDA, ayuda porque con suerte me
voy a dedicar lo que me queda de vida a ayudar a los demás a curar, a sentirse
bien. Un buen ejemplo de ello fue hoy, cuando nada más llegar al hospital,
entré en la primera habitación, como toda esta semana, con los termómetros en
la mano, una gasa impregnada en alcohol, y una libretita para anotar, y ¿sabéis
que me encontré? pues a un señor vestido
de calle, a su mujer, que no se había separado del casi ni para ir al baño,
recogiendo sus cosas y una cama sin sábanas, libre para otro paciente al que
curar. Sí, le habían dado el alta. Igual yo en su recuperación no había hecho
mucho ya que solo llevaba en el hospital tres días, pero sí le había mirado la
fiebre y la glucemia, y lo fundamental, le había agarrado la mano mientras le
miraba la temperatura, le había dicho “está
perfecto, no tiene fiebre”, tranquilizándolo y dándole ánimos, le había sonreído,
le había arropado, le había dicho un simple buenos tardes y un hasta luego. Sí podréis
pensar que son cosas insignificantes pero él también me había sonreído, me había
dado las gracias, me había contestado “no,
no tranquila que no me hace daño” al pincharlo para mirarle el azúcar. Pequeños
detalles que te hacen seguir adelante, sentir que sirves para algo en esta
vida, que haces algo bueno por los demás, llegar a casa agotada pensando solo
en acostarte, pero con un buen sabor de
boca por lo que has hecho.
O ver como poco a poco los
pacientes van teniendo mejor cara, los ves más animados, te hablan, te sonríen,
hasta te alegras cuando te dan un grito, no penséis mal, no digo un grito de
dolor, si no un grito como el que escuche darle hoy una anciana, mejor dicho
una jovencita de 90 años, a una enfermera, tal que le grito “que teis oh” y dices carai pues si que
tiene fuerza la señora.
Pero tampoco pretendo dar una
imagen de Enfermería como un camino de rosas, no, es dura, ves cosas que te
impactan, que te duelen, sientes impotencia por no poder hacer más por algún paciente,
también en algunas ocasiones tienes que tener mucha paciencia. Aunque en mi opinión lo bueno supera a todo lo malo.
COMPAÑÍA, que decir de esta
bonita palabra y todo lo que ella engloba. Es algo esencial en la recuperación de
cualquier persona, sentirse querido, valorado, saber que a alguien le importas,
que se preocupa por ti. Pues la enfermera hace eso, acompaña a los enfermos,
las personas que más lo necesitan, en sus peores momentos. Os voy a poner otro
ejemplo, un señor muy simpático él, con un gran desparpajo, es vernos entrar a
mi compañera y a mí en su habitación y
empezar ha hablar sin parar, preguntándonos
cualquier cosa o simplemente hablando del tiempo que hace, pero esos pocos
minutos que está de conversación con nosotras, está entretenido y se le olvidan
todos los males. Hoy no tuvimos la oportunidad de pasar mucho tiempo con él,
por desgracia, y al final de la tarde, fuimos a su habitación y lo primero que
nos dijo fue "que abandonado me tenéis hoy". Me sentí realmente mal por no haber
podido hablar un rato con él en toda la tarde, en cambio por otra parte me
sentí bien porque sé que algo de afecto nos tiene y que estamos haciendo bien
nuestro trabajo.
Esta tarde también por primera
vez hablé con un paciente, el cual nunca me había dicho nada, no me respondía,
solo me miraba con cara triste, pero hoy me dio un apretón de manos y aunque
fuese poco, algo hable con él. Pequeños avances pero que para ti en cambio son
avances muy grandes, y sé que poco a poco iremos hablando más y quién sabe me
acabe cogiendo cariño, o eso espero.
Bueno aquí se acaba mi relato por
hoy, espero que os haya gustado y que os sirva de algo. Concluir que para mí ENFERMERÍA ES Y SERÁ UNA DE LAS PROFESIONES
MÁS IMPORTARTES Y QUE SIN ELLA NADA HARÍAMOS.
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