¡QUE GRANDES PERSONAS! Mi planta
estaba llena de grandes personas con unos corazones que no les cabían en el
pecho de lo grandes que eran.
De estas prácticas me llevo un gran
tesoro, y no, no es todo lo que he aprendido, que ha sido mucho, si no una
pulsera, sí, estaréis diciendo que está diciendo está loca, pues sí una
pulsera, una pulsera hecha por un paciente, que en sus horas muertas en el
hospital hace cositas de esas, y tuvo el magnífico y gratificante detalle de
hacerme una preciosa pulsera.
Otra cosa que nunca se me olvidará es
ver como un señor al que le has brindado tu mejor sonrisa en los últimos días se
emociona al saber que no vas a volver a su habitación a mirarle la fiebre, la tensión
o como él me decía “ay marinia xa veis ahí pincharme el dedo”. O mi ancianito
preferido que me llamaba guapa y le decía a su mujer “hoy no vino esa chica tan
guapa”. Como mi compañera de prácticas, María, siempre me decía “son unos
amores todos”, y que razón tenía.
Ay y mi señorina de la 228 que siempre
que me acercaba a su cama oía un “ay mi asturiana” Son pequeñas cosas, simples
palabras, pero que te llenan tanto que te hacen sentirte bien contigo misma, no
se es que no se explicarlo, lo tienes que vivir para saber lo que es.
Los voy a echar tanto tanto de menos,
no pasar las tardes en el hospital, yendo de habitación en habitación, y saber
que cuando vuelva a Santiago mi próximo destino es la horrorosa facultas de
Enfermería, pasar la mañana entera sentada en una silla esperando a que se terminen las interminables clases,
que angustia y que desgana tan grande.
Solo me queda el alivio de saber que
este año aun me quedan otras cinco semanas de practicas y que en tres años, que
enseguida pasan, o eso es lo que me digo para animarme, estaré si hay suerte
trabajando en un hospital, rodeada de gente a
la que cuidar y darle todo mi cariño y mis ánimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario