Vera la
Enfermera es la protagonista de una campaña que tuvo como fecha de partida el 20
de noviembre de 2010, día en el que se conmemora el “Día Internacional de la
Infancia” y que volvió a retomarse el año pasado. Se trata de una ardilla
enfermera a través de la cual se pretendía que los niños conociesen cual es la función
de la enfermería, cual es su trabajo diario y que, tanto niños como padres,
reconociesen al personal enfermero como algo imprescindible para su bienestar.
Impulsada por el Sindicato de Enfermería
SATSE, y su Fundación para el Desarrollo de la Enfermería, FUDEN, junto al
sindicato de profesores ANPE, la campaña “Vera, la enfermera” se desarrolló en
toda España. El interés de los profesionales de enfermería de unirse con los
profesores se debió a que eran muy conscientes de que la educación es un
determinante social de la salud, y que, por mucho que existan centros
sanitarios suficientes y cualificados, si las personas no tienen acceso a
información y formación adecuada ni tienen posibilidades de entender y
comprender cómo cuidarse y no volver a enfermar, su salud y bienestar está en
peligro.
Los talleres se celebraron en centros
sanitarios y educativos en los que se distribuyó el cuento “La gran aventura de
Vera”, en castellano e inglés, y un CD con la narración del mismo también en
ambos idiomas. La publicación también incluía una serie de pasatiempos para que
los niños los completasen y dibujos para colorear.
Además, proyectaron imágenes y una
cuenta cuentos con Vera, como protagonista de los cuidados que reciben los
niños. De esta forma, tanto los padres como sus hijos se familiarizan con los instrumentos
de trabajo de la enfermera, como el termómetro, las mascarillas…
Las actividades
organizadas tenían los siguientes propósitos: que los niños y sus padres
reconociesen a la enfermera y su trabajo como imprescindibles dentro de sus
vidas; que percibiesen la visita a la
consulta de enfermería no como algo negativo relacionado con la enfermedad, al
contrario como algo positivo como “a un hecho positivo para su salud”; que los
niños asociasen su visita a la consulta con una experiencia lúdica, familiarizándose
con las herramientas de trabajo de las enfermeras y asimilando los valores
positivos de esta profesión; y que las propias enfermeras reconociesen la
importancia de su trabajo para el bienestar de la salud de la población.
La elección
del símbolo de la ardilla no fue casualidad sino que escogieron este simpático
animal ya que destaca por su inteligencia y astucia, su espíritu solidario y
trabajador, así como por su sociabilidad, virtudes todas ellas de los
enfermeros.
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