miércoles, 20 de noviembre de 2013
Intuición.
¿Cómo he llegado hasta aquí? A esa pregunta puedo responder de la siguiente manera: la intuición nunca falla.
No puedo determinar el momento exacto en el que decidí que quería dedicarme a la Enfermería, porque realmente siempre ha sido mi idea. Desde pequeña supe que me gustaban los hospitales, me gustaba ver cómo cuidaban a la gente. Es algo con lo que se nace, lo que yo creo que se llama vocación.
Pasé de ser una niña a la que le gustaba pinchar naranjas a ser una estudiante en prácticas y un proyecto de enfermera. Nadie se sorprendió de mi decisión y no me arrepiento en absoluto.
Al contrario que muchos estudiantes en Bachillerato, no tuve dudas en que mi rama sería la de Ciencias de la Salud. No puedo negar que tengo curiosidad por muchas cosas que no tienen que ver con esto, pero no podría ni querría dedicarme a otra cosa.
Al acabar la selectividad, fue todo muy sencillo: una ciudad que me encantaba y una carrera que me ilusionaba. Y así llegué un 5 de Septiembre de 2012 a Santiago de Compostela y 5 días después conocí la Facultad de Enfermería.
¿Nervios? Muchos. ¿Dudas? Todos tenemos dudas alguna vez. El primer año fue inseguro, me cuestionaba si de verdad era lo mío, si se me daría bien, si no me estaría equivocando... Realmente necesitaba un empujón, porque tenía la sensación de que si estaba cometiendo un error, me sentiría perdida, ya que siempre me había imaginado siendo enfermera.
Todas esas inseguridades se disiparon pronto. Conocí a gente maravillosa con una gran vocación, de la que aprendí y sigo aprendiendo, crecí como persona, maduré (un poco eh, sigo siendo una quisquillosa jajaja) y aprendí cosas que no nos enseñan en el colegio.
Hoy puedo decir que acerté de pleno, tanto con la ciudad como con la carrera. Mi entrada en Enfermería "era vista", como dicen muchos, pero no por ello fue sencillo. ¿Que por qué escogí esto? La respuesta es secundaria. Lo escogí porque, en el fondo, para mi no fue una opción, fue LA opción. Y no cambiaría mi vida aquí por nada del mundo, porque, como diría Marcelo (Profesor en la Facultad), esto vale "más que un millón de euros".
Y aquel 10 de Septiembre, hace un año ya, empezó esta maravillosa etapa. Llegué con una pesada maleta, unas llaves de un piso, unas compañeras que no conocía y todo por descubrir. Bendita intuición.
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