martes, 26 de noviembre de 2013

Las ironías de la vida...

Hoy mis queridísimos lectores quería dedicar una entrada a mis pacientes, en concreto a las personas mayores que están hospitalizadas, que los pobres a pesar de todo siempre están sonrientes y amables.

Estas semanas yendo a las prácticas en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) me he dado cuenta de lo que poco valoramos a los personas mayores. Cuando me toca entrar en el turno de tarde,  a las tres o asó, tengo que pasar la ronda tomando las constantes por todas las habitaciones, pasando la medicación y preguntarles que tal están, y entrar y ver una sonrisa en su cara o escuchar buenas palabras hacia ti teniendo en cuenta su estado y en la situación en la que están me demuestra los luchadores que son y las ganas de vivir que tienen.

Y sobre todo en mi caso, que soy una profesional inexperta, que anden con esa actitud, me anima y me da más confianza y fuerzas a la hora de tratar con ellos, por eso simplemente quiero agradecer de corazón a mis queridos pacientes a Miguel, Jose Ángel, Ramón, Benito, Dolores y María de Carmen...os adoro, gracias por hacer gratificante esta primera toma de contacto con mi profesión y hacerme comprender que hay que valorar más la vida y vivirla lo máximo posible cada minuto.

Lo cierto es que dedicarse a la enfermería es una de las experiencias más gratificantes que van en aumento día a día y ver sonreír a un enfermo, sentir la mano de un anciano o el abrazo de un niño me hace sentir realmente importante y me aclara absolutamente que mi elección ha sido acertada en un 100%.

Así que lo único que puedo decir sobre esto es...

¡¡ MIL GRACIAS !!

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