miércoles, 4 de diciembre de 2013

ACV. ¿Cómo detectarlo? ¿Qué hacer?

En mi anterior entrada os hablé de qué es un ACV y cuáles son sus causas. También se le conoce como aplopejía, ataque cerebral e ictus, entre otros. Resumiendo un poco, quedamos en que las células del cerebro necesitan un suministro constante de oxígeno y azúcar, sustancias que son transportadas en la sangre. Una falta de oxigeno, ocasionada por una falta de riego, provoca la isquemia en esa zona y, si esta situación se mantiene, las células mueren y se produce el infarto cerebral.

¿Por qué os hablo de esto? Principalmente, porque me parece de suma importancia saber cómo reaccionar ante tal situación. Hay que tener en cuenta que estamos tratando un problema frecuente en la sociedad, siendo la tercera causa de muerte y la primera causa de invalidez en adultos, especialmente en personas de más de 65 años. Por ello hoy me centraré en su detección.

Los expertos afirman que una detección a tiempo favorece la total recuperación del paciente. Los signos de advertencia son claves, ya que el cuerpo nos informa de que el cerebro no está recibiendo el suficiente oxígeno. Lo primero que hay que hacer, en caso de reconocer los síntomas, es llamar al 112.

Se observa un entumecimiento súbito o debilidad muscular, sobre todo en la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo. A esto le sigue una confusión repentina y dificultad para hablar, caminar, ver con uno o ambos ojos... además de la pérdida del equilibrio o de la coordinación. También es un signo el dolor de cabeza grave súbito sin causa conocida.

Otros signos pueden ser: visión doble, somnolencia, náuseas, vómitos... En ocasiones, se produce lo que se conoce por "miniaccidentes cerebrovasculares", que consiste en que los sígnos de advertencia duran solamente unos segundos y desaparecen. No, amigos, no os confieis, esto es grave y mucha gente lo ignora. Si te pasa esto, vete al médico, no hay otra solución si quieres conservar tu vida.


Actualmente, se ha establecido una serie de indicaciones para reconocer un ACV. Es muy simple.

  1. Pídele a la persona que sonría. 
  2. Pídele que diga una frase simple y coherente. 
  3. Pídele que levante ambos brazos. 
  4. Pídele que saque la lengua y observa si se va inconscientemente hacia un lado. 
Si alguna de estas actividades supone una dificultad para el afectado... Houston, tenemos un problema. 

Realmente, nadie está a salvo de sufrir un ACV. Pero hay formas de prevenir que esto ocurra, y es llevando un buen estilo de vida, sano, reduciendo el consumo de sal (esto hace que la presión sanguínea disminuya y, por lo tanto, también el riesgo), siguiendo una dieta sana (reduciendo el nivel de LDL o colesterol "malo"), dejar de fumar si es el caso (el tabaco daña los vasos sanguíneos, aumenta la P.A. y acelera la formación de coágulos) y haciendo ejercicio. 

Así que, chicos y chicas, por ahora somos jóvenes e inexpertos, pero tenemos que cuidarnos desde ya! 







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