Hola hola! lo prometido es deuda y aquí tenéis la esperadísima segunda parte. (Aplausos, por favor). Para refrescar un poco la memoria (y para plantar aquí algún vídeo, que me apetece) os dejo una de las escenas más importantes, en mi opinión, de la película., que es cuando el pobre Joe consigue comunicarse a través de Código Morse.
Os expongo esta película porque, aunque es muy fuerte,
pienso que a veces, una dosis de realidad enseña más que cualquier libro. Tened
en cuenta que estamos hablando de una película en que una persona joven, con
toda una vida por delante, se ve relegada a la categoría de “Monstruo”. En mi
opinión, más monstruosa era la guerra y el despotismo de los médicos.
Es muy dramática. A través de los pensamientos, a veces confusos,
de Joe, somos testigos de su gradual
autodescubrimiento, tras la explosión y la operación. El problema principal es
la falta de humanidad de los médicos, que piensan que como ha perdido medio
cerebro, es incapaz de sentir emociones. Pues no, señores, esa persona sufre. Ah,
sí, que sigue siendo una persona, ¡Surprise!
Cuando el pobre hombre encuentra la manera de comunicarse y
pedirles a los “jefes” que le dejen morir, que así no se puede vivir, ¿sabéis
lo que deciden? Pues podéis imaginároslo, porque yo no os lo voy a decir (I´m
bad) jajaja
Risas aparte y dejando debates sobre la eutanasia para otra
ocasión, quiero añadir que en esta película se puede palpar la hipocresía de
los “altos cargos”, en este caso, de la guerra. Éstos tenían escondido a Joe.
¿Por qué? Primero, porque lo consideraban un monstruo. Pero esa no era la razón
que más les pesaba, no. Segundo, querían “experimentar” (a mí que me lo
expliquen) con él. ¿En qué momento se pasa de ser una persona a ser una rata de
laboratorio? En fin, tercero y no por ello menos importante, los cargos
importantes de la guerra no querían que se descubriera el terrible suceso, ya
que tenían bien engañados a todos los jóvenes con patrañas sobre la patria y
blablabla, es decir, coleccionaban pobres incautos criados bajo una filosofía
de “pertenencia” al país, que no tenía idea ni por asomo de lo que supone ir a
la guerra.
Pero bueno, ahora sí, os voy a hablar de lo que vengo a
hablar (si es que me emociono y no paro): la enfermera.
ELLA. La única que no ve a un “monstruo”. La única que sufre
por ver su horroroso destino. Ella cree en ese trozo de carne y siente
compasión, sabe que aun hay una persona necesitada de afecto, de comunicación,
de dignidad. En ocasiones podemos comprobar cómo intenta ayudarle, ya que,
digamos, su humanidad le impulsa a actuar de una manera que su conciencia no
acepta del todo. Digamos, de forma más sutil, que intenta cubrir todas las
necesidades de Joe, incluidas las de “cariño”. Si queréis saber a qué me
refiero, ya sabéis, que aquí una no es ninguna spoiler ¡eh! jajaja
Solo por ver la actitud de la enfermera, su dedicación y
todo lo que transmite, esta película para mí es ya inolvidable. Es
recomendable, pero también aviso de que es como una bofetada en la cara, en el
sentido de que te marca y ves las cosas de diferente forma. Cómo ya es de suponer dado el argumento, no acaba muy bien. Aquí os dejo la última reflexión de Joe.
Bueno, amigos, espero que os haya gustado! Mañana más, pero
no mejor. (No tengo tan buenas ideas todos los días)
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