viernes, 3 de octubre de 2014

Prácticas tuteladas. El misterio que entrañan.

Enfermeros de segundo. Esto va por ustedes. Sí. Por vosotros. Sé que nos saltamos tooooodas las prácticas tuteladas II, pero el segundo cuatrimestre fue bastante atareado. Peeeeero, no obstante he vuelto para daros un par de consejos.
Me gustaría que supierais que soy vocal en la Junta de Facultad y en la Junta de Departamento, por lo que se podría decir que soy vuestra representante a nivel de dirección de Facultad, por lo que si alguno de vosotros tiene algo que comentarme o algún problema que quiera solucionar, puede ponerse en contacto conmigo. Ahora no estaré por el aulario, pero podéis mandarme un correo si queréis, y podremos buscar un hueco: albaouteda@gmail.com

¿Por qué escribo ahora? Pues porque sé que vais a empezar ahora con los blogs de informática, y espero (porfaplisporfaplis) que nuestro blog haya gustado y os lo enseñen como referencia (¿Qué pasa? cada uno sueña con lo que quiere.... jajaja) y espero que esto os llegue.

Muchos empezaréis pronto las prácticas. Sé que en este momento os sentís un poco idiotas, porque tenéis muchas ganas, pero por otra parte tenéis un montón de miedo. Y es normal. Os puedo asegurar que la primera habitación que piséis (y muy probablemente todas las del primer día) os parecerán un mundo nuevo. No sabréis cómo hablarle a los pacientes. No sabréis qué decir. Pero sabed que ES COMPLETAMENTE NORMAL. Nadie nace aprendido, y JAMÁS aprendemos del todo. Daos un poco de tiempo, dejad que os habituéis al clima hospitalario y poco a poco empezaréis a coger soltura, sobretodo a nivel personal.
Quiero deciros que no sirve de NADA ser un hacha poniendo vías. No sirve de NADA saberse la fisiología humana al dedillo. No sirve de NADA ser el mejor de la promoción si no sabéis tratar al paciente. Lo más importante, queridos compañeros, no es saber cómo hacer una cura. Lo más importante es hacerla bien y con cariño. De nada vale que le hagáis un procedimiento impoluto, perfecto y brillante si ni siquiera habéis tenido un gesto amable con el paciente.

Mi mayor consejo de cara a las prácticas es uno, y sólo uno:

TRATAD AL PACIENTE COMO OS GUSTARÍA QUE TRATASEN AL SER MÁS QUERIDO QUE TENGÁIS.

Os puedo asegurar que si lo hacéis así, todo irá bien. Porque si te equivocas, no pasa nada. Todo el mundo se equivoca; pero creedme que todo se lleva mejor cuando el paciente y tú sois amigos.
Ser vosotros mismos es una excelente manera de empezar en el hospital, porque no tendréis la necesidad de desempeñar un papel que os costará esfuerzo. Recordad que si habéis llegado hasta aquí es porque valéis, y de veras que lo haréis genial.

Lo malo de las prácticas... sin duda... ¿Queréis saberlo? El irse. Pocos son los que no han soltado alguna lagrimilla al marcharse. (Y yo lloré como una mona...) Porque es realmente gratificante ver cómo un paciente mejora día a día, y cómo han cambiado drásticamente en tu estancia... Y sabes que tú no lo has curado, pero sí que has contribuido a ello; y eso, señores míos, es lo mejor que te puede pasar. Cuando los pacientes se marchan del hospital y se despiden de ti nunca te dirán "Ay, te echaré de menos por lo bien que me pinchas". No. Si lo has hecho bien te dirán "Te voy a echar muchísimo de menos. A ver quién me hace reír mientras me sacan sangre, o quién me viene a dar los buenos días y a ver si he comido a gusto". Y la mejor, sin duda, de todas las frases es la pronunciada "Eu te levaba pra casa conmijo". Esa es la que a mí me hace sonreír día tras día al pensar en mis pasos por el hospital.

Por favor, os pido, más que nada, que queráis a los pacientes, por bordes, estúpidos o molestos que sean. Queredlos y tratadlos con cariño, porque nunca se sabe cuándo seréis vosotros los que estéis en una cama de hospital.