jueves, 21 de noviembre de 2013

Una lucha constante.


Si unimos vocación, trabajo, dedicación, esfuerzo, satisfacción, disciplina, observación, ilusión y arte, estamos creando una definición de lo que sería la Enfermería para mí.

Ya decía Nightingale que la Enfermería es "una de las Bellas Artes; casi diría, la más bella de las Bellas Artes". No podría estar más de acuerdo. Sientes que es un arte cada vez que aprendes algo nuevo, cuando lo más engorroso lo haces con ilusión, cuando un paciente te sonríe y te da las gracias, cuando recorres las habitaciones comprobando que se encuentren cómodos, cuando echas a correr a la mínima que uno necesita ayuda.

No hay mayor satisfacción que el esfuerzo recompensado. Pero no hablo de la recompensa económica (que si te pagan por algo que te encanta hacer, bienvenido sea, y de algo hay que vivir), me refiero a llegar a casa con una sonrisa, con la sensación de que ha sido un buen día, que has aportado tu granito de arena.

Es una profesión admirable, llena de dedicación. Por supuesto, no es agradable que la gente enferme, pero sí lo es darles cariño y ayuda, porque una palabra amable para ellos es importante.

El Hospital es un lugar de paso. Nadie se queda para siempre. Si te paras a pensar, es duro, porque es difícil no cogerle cariño a veces a los pacientes. Y ellos se van, de una forma u otra, y tú te quedas. Y según se van unos, vienen otros.

Pero sentir que su estancia allí ha sido un poquito mejor y que tú tienes algo que ver... Oh, eso sí es recompensa. Porque aunque parezca que no, el Hospital es un lugar donde se apoyan unos a otros.

Leí alguna que otra vez que "Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace".
En mi caso, merece la pena dedicar el resto de mi vida a la Enfermería.
Eso es para mí esta profesión: mi vida.

1 comentario:

  1. Me ha encantado eso de "Y ellos se van, de una forma u otra, y tú te quedas.". De veras. :)

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