lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Y tú? ¿cómo crees que se deben dar las pastillas?



Hoy me gustaría que reflexionaseis y pensaseis conmigo en cómo  las enfermeras deben realizar su trabajo para ser competentes en él. Para ello os voy a poner dos ejemplos de dos enfermeras que tienen diferentes formas de actuar. 

Rosa es una enfermera que cuando única su turno prepara la medicación de sus pacientes. Una vez los tiene todo listo, la reparte.
Va habitación por habitación y paciente por paciente. Primero, saluda a cada uno por su nombre de pila. Eso le ayuda a recordarlos, a reconocerlos, y memorizarlos. Ellos se sientes importantes, más seguros, mejor atendidos.
-        -   ¡Aquí tiene sus pastillas Miguel!- dice Rosa. Y le cuento lo que le da, como se llama para qué está indicado y cómo debe tomarlo. La pastilla beige pequeña, la que pone omeprazol, es el protector gástrico. Recuerde que debe tomarla en ayunas 30 minutos antes del desayuno. La gruesa y blanca es ibuprofeno, el antiinflamatorio. Es mejor que la tome después cuando tenga algo en el estomago….
Todas estas indicaciones a Rosa le parece que le permiten cumplir varios objetivos: 

  1. Prevenir errores: si ha habido cambios en el tratamiento y por alguna incidencia o se han transmitido correctamente. Rosa tendrá ocasión de subsanarlo a tiempo. Si al paciente le resulta nueva, se lo comentará o le pondrá pegas.
  2. Afianzar sus conocimientos en farmacología: en aquellos tratamientos más habituales, indicaciones y particularidades.
  3. Y lo más importante: el día del alta, cuando el paciente regrese a casa, lo hará con un conocimiento y un entrenamiento en el manejo de su propio tratamiento. según Rosa, será un paciente más autónomo.

La segunda enfermera, Rosalía, acude a su jornada de trabajo como siempre. Realiza con impecable eficiencia cada una de sus tareas. Prepara los tratamientos de todos sus pacientes. Los comprueba y administra con gran precisión y seguridad. Pero no se entretiene en educar al paciente ni resolver sus dudas. Les remite al médico, que es quien le ha prescrito el tratamiento. Así lo hace ella y la mayoría de las enfermeras.
El día que al paciente le dan el alta, recibe de su medio un informe con el listado de fármacos que debe seguir tomando. A nuestro paciente le suena a chumo, que, o bien pregunta al médico de cabecera en cuanto vaya a por recetas o cruza los dedos esperando que se lo explique su farmacéutico. Eso si no se calla, baja la cabeza y se toma lo que le dicen sin preguntar ni replicar.

Y AHORA ¿QUÉ OPINAS?
¿Cuál es la situación que más se produce? En cambio ¿Cuál es la que se debería dar? ¿Es nuestra labor educar al paciente en el manejo del tratamiento? ¿O como yo no prescribo no tengo por qué informar ni educar sobre ello?

No hay comentarios:

Publicar un comentario